Estamos a 30 de mayo de 2021, la fecha que ha cambiado para siempre mi
vida.
Nosotras las mujeres somos utilizadas para un gobierno que inspira el
terror. Hoy estamos al servicio de una pareja que representa la dictadura para
reproducir su descendencia. Hemos perdido nuestro presidente.
El jefe del gobierno ha anunciado por la radio que la sociedad se va a
dividir en categorías de colores: el color define tu clase y tu función
también.
- Las esposas (verde y azul)
- Las tías (en marón)
- Las sirvientes (en rojo)
- Las marthas (en gris)
- Las jézabels (la prostitución)
La partida conformista
La declaración del gobierno me parece justa porque en este mundo no
somos capaz de tomar decisiones sin hacer intervenir nuestros sentimientos.
Nuestro lugar en esta sociedad según el
orden de las cosas es de ocuparnos de la casa y de los niños. Además nuestra
vida no es mala porque tenemos un techo y comida en nuestros platos. Es nuestro
destino y no podemos ir contra una fuerza superior. La única cosa a hacer es de
aceptar la situación.
La partida rebelde
Mi vida es reducida a garantizar la descendencia de un dictador y de
una esposa que en calidad de mujer no entiende el sufrimiento que siento. No
puedo imaginarme formar mi propia familia con niños que representan el amor
verdadero de mi novio y yo. El comandante y su esposa no serán nunca los padres
de mis bebés, ¡Nunca porque soy yo la madre! La señora no conocerá la felicidad
de darle vida un hijo.
¡Llamo a la revolución y reclamo mis derechos naturales!
Nuestra fertilidad es nuestra “seguridad” para sobrevivir y no somos
respetados como un ser humano. Los días se parecen y cada día espero llegue la
noche para que esta pesadilla se vaya.
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